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La tuberculosis y el cáncer: ¿existe un enlace?

El cuerpo humano, como sabemos, es un sistema integrado donde todo conecta y la salud de cada órgano afecta al resto. El cáncer puede crecer en cualquier tejido corporal y en muchos casos aún no entendemos por completo el porqué de ello, pero sí conocemos por experiencia muchos de los factores que nos pueden poner en riesgo a generar tipos específicos de carcinomas. La tuberculosis, por ejemplo, siempre ha sido considerada un factor de riesgo a contraer cáncer de pulmón. Asimismo, los sobrevivientes de este tipo de cáncer son más propensos a contraer tuberculosis. En conmemoración al 24 de marzo, Día mundial de la lucha contra la tuberculosis, hablaremos un poco sobre este mal.

La tuberculosis es una infección contagiosa de las vías respiratorias causada por bacterias específicas, siendo la más conocida de éstas la denominada Mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch (el médico que lo descubrió el 24 de marzo de 1882). Los síntomas típicos de la tuberculosis son una tos crónica acompañada de sangre, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso. Como se concentra mayormente en los pulmones su forma de contacto y propagación es aérea, pero también puede afectar el sistema nervioso central, el sistema linfático, el sistema circulatorio, el sistema genitourinario, el aparato digestivo, los huesos, las articulaciones y hasta la piel.

La tuberculosis, abreviada TB o TBC, es una de las enfermedades más antiguas que afectan a los seres humanos, siendo documentada por los griegos con el nombre de tisis. Muchos la consideran como la enfermedad infecciosa más prevalente en el mundo, que afecta hasta un tercio de la población total del planeta. A pesar de que los avances médicos modernos han disminuido el potencial mortal de la tuberculosis, la Organización Mundial de la Salud determinó que sólo en 2012 contagió a 8.6 millones de personas y mató a 1.3 millones alrededor del mundo.

Aunque no se ha determinado con certeza si la tuberculosis causa cáncer de pulmón, estudios realizados en poblaciones chinas de más de 700,000 personas han determinado que aquellos individuos con tuberculosis eran once veces más propensos a desarrollar cáncer de pulmón que quienes no tienen TBC.

Afortunadamente, existe hoy día una variedad de tratamientos para lidiar con la tuberculosis que incluyen fármacos, sanatorios especiales y hasta cirugía. La medida más importante, como suele ser el caso, es la prevención de contagio. La aplicación de la vacuna BCG puede prevenir formas graves de tuberculosis en niños y adolescentes. Otras acciones a tomar incluyen dejar de fumar, utilizar mascarillas en áreas públicas de riesgo como aeropuertos, mantener las manos bien limpias (en especial después de toser) y mantener el hogar bien ventilado con buena circulación de aire. Aquellos afectados deben adherirse religiosamente a su tratamiento asignado, asegurarse de no toser alrededor de las personas, evitar visitas y mantenerse en cuarentena lejos del público en general.

Aprende más sobre el Día mundial de la lucha contra la tuberculosis en la web de la Organización Mundial de la Salud: who.int/campaigns/tb-day/2014/event/es

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